Los que viajan no necesitan conmiseración, ni prejuicios, ni discriminación ni xenofobia ni aporofobia. Solamente que los traten y vean como iguales. Anhelan un poco de aliento y una tierra para compartir.
Los que viajan no necesitan recibir más odio, porque de él vienen huyendo. Es suyo el derecho a caminar, son suyos todos sus pasos. Cada una de las despedidas. Y migrar no debería nunca de poner en peligro su vida, ni su dignidad.
Los que viajan también llevan su risa a donde van, una esperanza contagiosa que hasta veces ganas dan de irse, también.
*Según datos de Acnur.70,8 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a huir de sus hogares.
Fotografías hechas en Pijijiapan, Chiapas y en Los corazones , Oaxaca.
0 Comentarios