La espadaña es una planta milenaria que crece en el cerro Nambiyuguá. Ahí se llega caminando y con una promesa al Señor. Al llegar se corta, se envuelve en petate y se carga en la espalda por más de 100 kilómetros hasta regresar a Suchiapa, donde servirá como ofrenda para el altar de la Santa Cruz. Es también un ritual ancestral para pedir por las buenas cosechas en el inicio del nuevo ciclo agrícola.
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